Con esto cerramos un ciclo de poco más de 9 años en el Centro de Espiritualidad del Señor de la Expiración, en donde comenzamos apenas 4 personas que apenas podíamos completar un esquema de una misa, pero con el firme deseo de alabar a nuestro Señor a través del canto.
Hoy nuestro grupo ha crecido no solo en cantidad de integrantes, sino en el compromiso de cada uno de nosotros de mejorar cada vez más en nuestro ministerio.
Aún nos falta mucho qué aprender y qué mejorar en todos los aspectos, pero sabemos que Dios nos seguirá bendiciendo para poder seguir cantándole con nuestra voz y con nuestras acciones:
¡Gloria a Dios en el cielo, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!
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